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Perdida en el bosque. |
Ando por los senderos sinuosos de este bosque obscuro.
La niebla se enreda a mis pies a cada paso, como ánimas
suplicándome un pellizco de vida. De ser realmente así, no puedo hacerlas caso,
todos mis sentidos siguen buscando el halo misterioso que dibujan las pisadas
de la dama de blanco.
Siempre con su vestido albo, esa etérea forma de mujer lleva
vagando por mis sueños desde hace muchos años. Aparece siempre tras esa neblina
espectral y me observa. Susurra algo ininteligible para después marchar por este
ondulante camino en el que ahora me encuentro.
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Dama blanca. |
Han sido muchas las veces que he intentado cruzar este
abismo para hacer de mis sueños la puerta hacia el otro mundo, desde el que
ella me observa.
Y es ahora, tras esa constante lucha entre la vigilia y las
quimeras, cuando por fin he llegado al pequeño páramo donde apenas espero
sacarle una respuesta.
Me guío por el reflejo que deja su halo con la luna. Su
presencia invade cuanto aquí queda velado pero no llego siquiera a ver su largo
pelo asomado tras ningún árbol.
Andados kilómetros, ya apenas sin ánimo, encuentro un gran
edificio pétreo antiguo y solitario.
Entre la realidad y el sueño la veo en aquellas escaleras
milenarias. Ajena a mis miradas se torna triste y ausente. No existe ni un
pasado ni un presente en el que
acomodar tal efigie llena de tormento.
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Romantic's book |
La contemplo durante horas embelesada. Lee, observa piensa y
siente y aunque no pueda entenderla algo me dice que ya tengo la respuesta. La
neblina que enturbiaba mi pensamiento
se abrió ante mi y ante ella y no hicieron falta palabras.
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The great escape |
Aquella joven traslucida no era más que una parte de mi que
un día dejé morir. La abandoné entre el bullicio de unas calles que no sabían
mi nombre. A manos de lo superfluo y en aras de la codicia.
Huyó lejos donde pudiera seguir siendo ella y sólo en
sueños, durante la inconciencia, se atreve a aparecer para susurrarme que sigue
esperando el día en que despierte con ella y haga el pacto definitivo en el que
este mundo extraño no pueda hacerle daño.
Fuente de inspiración: Alba Gasca. La modelo de estas fotografías y la gran escritora que siempre me inspira. Visitad su blog, no tiene pérdida : Pienso, luego temed